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Ellos aqui trajeron los fusiles repletos de pòlvora,
ellos mandaron el acerbo exterminio,
ellos aqui encontraron un pueblo que cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayò con su bandera,
y el joven sonriente redò a su lado herido,
y el estupor del pueblo viò caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por estos muertos, nuestros muertos
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.
Para el verdugo que mandò esta muerte,
pido castigo,
Para el traidor que ascendiò sobre el crimen
pido castigo.
Para el que diò la orden de agonìa,
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.
No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
No los quiero de embajadores,
tampoco en su casa tranquilos,
los quiero ver juzgados,
en esta plaza,
en este sitio.
Quiero castigo.
P.Neruda.
(Y porque nunca debemos olvidar
esta parte de nuestra historia,
para que nunca jamàs nuestro pueblo
sea vencido por la ignorancia, el olvido, o la indiferencia)